Restaurante situado en la calle Monte Vélez de Huétor Vega. La última subida de Huétor donde para el autobús para dar la vuelta y volver a bajar.
Aparentemente parece más pequeño de lo que realmente es. Dispone de una terraza a la entrada. Un comedor, un pequeño recinto con barra y mesas, y finalmente, al fondo, un amplio salón. Parte del cual posee unas amplias cristaleras donde se aprecia la vega granadina.
En varias ocasiones había ido con mi marido y algún que otro amigo a tomar unas tapas y lo típico de la zona en la barra. Bastante buenas las habas y las alcachofas.
Mis hijos, que sí son más asiduos, siempre nos decían de comer en el salón pero hasta estos últimos acontecimientos no decidimos ir de manera formal.
Primero fuimos con nuestros consuegros para comer y reservar para almorzar, tras la boda civil de nuestros hijos. Fuimos 16 personas. Nos atendieron bien, rápido y lo más importante la comida fue estupenda. El solomillo de ternera genial.
Tan bien nos resultó, que volvimos poco después para dar una pequeña sorpresa a mi hija Beatriz por su cumpleaños. En esta ocasión sólo 10 personas pero el resultado el mismo. Buena comida, bien atendidos y lo mejor de todo es cuando te pasan la cuenta y ves que está muy proporcionado la relación calidad y precio. ¡Lo único alto en este lugar es su ubicación!
Seguiremos frecuentando y probando nuevos platos, el arroz creo que está también muy bueno.
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